Se acerca una de las épocas más terroríficas del año, Halloween ¿Qué es lo que tienen las películas de terror que nos gustan tanto?
Cada vez más, este género deja de basarse solo en sangre, brujas y zombies, para dejar paso a una estética y caracterización de los personajes muy trabajados, que juega un papel fundamental. Para ello, la figura de un asesor de imagen es muy importante.
Hoy, hablaremos tanto de los grandes clásicos de terror explicito, como del cine actual con un terror más psicológico, que han destacado por su vestuario.
Drácula de Bram Stoker
En 1992, vimos una de las mejores adaptaciones del vampiro más conocido de la mano de Francis Ford Coppola. Eiko Ishioka, encargada de vestuario, fue galardonada con un Oscar por la calidad de su vestuario. Además, todas las prendas utilizadas en esta película han sido en más de una ocasión motivo de exposición.
Inspirado en el arte bizantino y con grandes referencias pictóricas, vemos como una gran actuación unida a una caracterización impecable, elevan una película al máximo nivel.
El resplandor
Dirigida por Stanley Kubrick en los 80, esta es considerada una película de culto del género del terror. La diseñadora Milena Canonero fue la responsable de su vestuario, que tiene un gran trabajo de psicología detrás. Hizo uso de los colores y los tejidos para identificar la personalidad de cada uno de los personajes. Sus prendas se han convertido ya en un icono del cine.
Jack, el padre de familia, aparece vestido de manera formal en tonos fríos. Luce una corbata de color verde con un laberinto que representa características del personaje que aparecen a lo largo de la película.
En las primeras escenas, Wendy y su hijo Danny, visten los mismos colores: azul, rojo y blanco (colores de la bandera de Estados Unidos). El hecho de vestir los mismos colores, simboliza la conexión que existe entre ellos, que, además, se intensifica vistiendo a Wendy con ropa de estilo infantil.
Para acabar de plasmar el carácter introvertido y sin amigos de Danny, se le otorga una camiseta con el personaje Bugs Bunny, caracterizado por ser antisocial. Pero los detalles no terminan aquí, el numero 42 que se ve en el lateral de su prenda, representa el Holocausto nazi para plasmar el peligro.
Una vez llegan al hotel, el vestuario de Wendy pasa a ser de tonos marrones, homogeneizándose con el de Jack, para transmitir que su papel ahora será más de adulto.
Para los personajes de las gemelas, uno de los más emblemáticos de la película, la diseñadora se inspiró en la instantánea Identical Twins (1967), y los colores celestes se usan para reflejar que son una proyección de Wendy, ya que al inicio de la película, ella viste ese mismo color.
A medida que pasan más tiempo en el hotel, el tono del vestuario de Wendy se adapta al de las paredes.
Una vez más, cuando Wendy y Danny entran en el laberinto, su atuendo vuelve a mimetizarse para resaltar su conexión, y la madre vuelve a reflejar su carácter infantil con el vestuario y sus trenzas.
Por primera vez, en la escena en la que Dany busca a su padre, ambos visten el mismo color, azul, para intensificar el momento paternal que comparten.
Para representar el poder de Jack sobre su mujer sumisa, en la escena que esta le sirve el desayuno, podemos ver a su marido con una camiseta verde con el símbolo del águila.
Todos los empleados visten el mismo tono de azul oscuro como símbolo de la conexión existente entre ellos.
Para terminar, debemos destacar, que en todas las escenas en las que el peligro está presente, los personajes visten alguna prenda de color rojo.
El orfanato
¿Quién no recuerda a Tomas? En el 2007, Bayona nos presentó su primer largometraje, por el que fue galardonado con varios Goya. El vestuario, corrió a manos de María Reyes, que tuvo la capacidad de crear esa atmosfera de terror tan solo con una máscara hecha con un saco sucio que acompaña al resto del uniforme del orfanato. No siempre es necesario romperse la cabeza para crear una atmosfera terrorífica.
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