Dentro del mundo de los exfoliantes químicos, hay muchísimos tipos y nos podríamos perder de la infinidad de activos, concentraciones, combinaciones, etc., que tienen.
Seguramente sin saberlo ya habrás probado alguno, incluido en alguna crema. Los exfoliantes se pueden diferenciar en dos tipos, los químicos estéticos o los médicos.
La diferencia entre los 2 grupos
La diferencia entre estos dos grupos es la clasificación de los ácidos y la concentración. En el mundo de la estética la máxima concentración que podemos encontrar es de un 60%, siendo esta ya muy alta. Normalmente formulan con un 40%.
Hoy os vamos a hablar del exfoliante químico BAKER, es un tratamiento médico, con el cuál se consigue una exfoliación profunda. Es uno de los exfoliantes más agresivos que conocemos. La persona que se someta en este tratamiento médico, deberá pasar la noche ingresado, para ver la evolución e incluso administrarle analgésicos y antivirales.
Eso sí, es de los más efectivos combatiendo el envejecimiento cutáneo, queratosis actínicas e incluso clientes con secuelas de radioterapia, se consigue a través de fenoles a una concentración del 88%.
El post- cuidado del tratamiento
Una de las partes más importantes en estos tratamientos es el post -cuidado. Hay que ser riguroso y estricto, y evitar a toda costa las exposiciones solares y aplicar protección total en el rostro los meses de después del tratamiento. También deberemos hidratar la piel en profundidad, ya que la regeneración es tan efectiva que no deja de ser una piel nueva, así que los cuidados serán de protección total.
Este es uno de los tratamientos médicos de dermocosmética que podemos encontrar, aunque no es el único, porque hoy en día, este es un campo que está en auge, así que no dudéis que os iremos hablando de más servicios relacionados con la medicina estética.
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