Cada noche, nuestra piel se regenera, y todo lo que tenga encima en esos momentos puede ser absorbido y darnos un aspecto sucio y opaco la mañana siguiente. La mejor manera de lucir un aspecto limpio y radiante cada mañana es con una rutina facial de noche para una piel perfecta.
Antes de aplicar cualquier cosmético, es importante realizar una limpieza profunda. Si no, es poco probable que los productos que nos interesan penetren en nuestra piel y hagan el efecto deseado, así que el primer paso de nuestra excelente rutina facial sería la limpieza facial. Para conseguirlo, tenemos que desmaquillarnos a fondo con una leche limpiadora y aplicarnos un tónico, que restaurará nuestro pH.
Si notas una cierta tirantez, es que tu piel necesita hidratación, y para conseguir el agua que necesitamos aplicaremos un sérum que contenga ácido hialurónico, para poder reducir esas arruguitas que nos aparecen debido a la resequedad de nuestra piel. Es importante que durante su aplicación esquivemos el contorno de ojos.
Ahora nos ocuparemos de las patas de gallo, las arrugas del párpado inferior y la falta de volumen del valle lagrimal. Aplicaremos un contorno de ojos, el cosmético más recomendable para esta zona tan fina del rostro. Sería ideal con ácido hialurónico y cafeína, para aportar hidratación y un efecto despejado sin ojeras y/o bolsas.
Nuestro último paso para tener una rutina facial de noche para una piel perfecta, es la aplicación de una crema de noche. Esta será una crema que contenga tus principios activos favoritos (como el retinol, el ácido hialurónico, centella asiática…) para que restaure y rellene todas las marcas de sueño.
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