Salen de la chistera plumas, encajes, satén, fieltros, lazos, flores, perlas, joyas, fibras, cabellos multicolores, metales preciosos….

Un sinfín de materiales que han decorado desde la más remota antigüedad nuestras cabezas, creando la magia de un estilismo, la fuerza de un rey o la solemnidad de una figura religiosa.

 Orígenes del tocado

 

posticeríaCuando a la mujer se le prohibió lucir su peinado en la Edad Media, no dudó lo más mínimo en decorar los largos capirotes que coronaban sus cabezas con vistosas telas que hicieran juego con sus atuendos.

Tampoco en la ostentación Barroca, con más libertad, tuvieron problema en colocar palomas vivas dentro de una jaula acoplada sobre un montón de posticería ó el lucir barcos imposibles dentro del peinado.

Y entre perlas, lazos, joyería montada, sombreros y pamelas del siglo XIX pasamos a un siglo XX no menos importante por sus sombreros, elegantes tocados y sofisticados postizos y pelucas de los años 60´.

 Actualmente

Afortunadamente nos situamos en estos inicios del siglo XXI, con una versión vanguardista de cómo ornamentar posticeríanuestras cabezas de la mano de grandes profesionales de nuestro sector como X-Presión, Gemis, Pelsynera o Tony&Guy, (ganadores de los premios Fígaro en las últimas ediciones), sin olvidarnos de dos grandes figuras de nuestro país como Tono San Martín (Valencia), un profesional creativo e innovador dentro del campo de la posticería y Antonia del Teatro Español de Madrid con una experiencia de más de setenta años en la profesión, creando tocados y pelucas maravillosas.

A todos ellos gracias por su labor, por demostrar que con el paso de los años aún tenemos muchas cosas que ponernos en la cabeza.
Y ante esto solo me queda decir:
¡Me quito el sobrero!

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