El paso de los años es inevitable y donde más podemos notarlo es en nuestra piel y en la pérdida del ovalo facial por flacidez, motivo de gran preocupación en gran parte de la población, pues queremos resultados sin grandes intervenciones, para ello, los hilos tensores son una buena opción en estos casos, pues se trata de un tratamiento de estética que no requiere pasar por quirófano y por lo tanto no es muy invasivo.
Tratamiento con hilos tensores
Se trata de unos filamentos quirúrgicos que se colocan por debajo de la piel y no se notan a simple vista.
Ventajas
Sus dos acciones de estética principales son:
1. Efecto lifting natural e inmediato.
2. Regenerante, ya que ayuda a la producción de colágeno y elastina después de su colocación, lo que mejora el aspecto, tersura y la sujeción de los tejidos, activa la microcirculación de la zona aumenta la síntesis de colágeno y la regeneración de las células.
Ese colágeno nuevo, mucho más sano y fuerte que hemos fabricado, poco a poco y en función de las características y el metabolismo de esa persona, la nutrición, los cuidados que haga a su piel, la exposición al sol o al tabaco, le durarán más o, menos.
Este innovador tratamiento contra la flacidez y las arrugas nos ofrece resultados muy eficaces, rejuvenecimiento del rostro, recuperación del volumen perdido, disminución de las arrugas y definición de las líneas faciales hasta dos años después.
Otra bueno opción es el tratamiento con hilos japoneses.
Hay varios tipos de hilos en cuanto al material con el que están hechos, la diferencia está en la duración de tiempo en el que son reabsorbidos y la duración del efecto lifting que crean, pero en todos los casos, están fabricados con material biocompatible que la piel tolera de forma excelente.
Seguro e indoloro
Este tratamiento es seguro, indoloro e ideal para resultados inmediatos, además no solo está indicado para el rostro, también se puede emplear en el cuello y zonas corporales con flacidez, como puede ser la entrepierna, los brazos, glúteos o escote, en los que, dependiendo de la zona a tratar, podrán variar en grosor o largor.
Los casos en los que más se utilizan los hilos tensores son:
– Elevación de mejillas
– Disminución de patas de gallo, surcos nasogenianos y líneas de marioneta.
– Estrechar el mentón.
– Reestructurar la zona alrededor del pómulo (orbito-malar)
– Estrechamiento y elevación de la nariz.
– Elevación de cejas.
– Disminución de papada o doble mentón.
– Dar luminosidad a la piel.
– Rejuvenecer el aspecto de las manos y pies.
Para cada caso, el número de hilos variará según el tipo de piel.
Inconvenientes
Podemos encontrarnos en la situación, de que este tipo de tratamiento no consiga los efectos deseados, y, por lo tanto, no se recomienden; puede ser en pieles muy gruesas con mucha caída o en caso contrario, pieles muy finas en las cuales se trasparenten los hilos tras su colocación.
Unos de los inconvenientes de los hilos tensores es que, aunque mejoran visiblemente la piel, su efecto es limitado en el tiempo, pues los hilos se irán reabsorbiendo progresivamente desde su colación, y se habrá disuelto mucho antes de que sus efectos desaparezcan.
Sesión de hilos tensores
Este tratamiento suele realizarse en una única sesión, que dura entre 30 y 40 minutos, y el paciente puede volver a su vida normal tras la colocación.
Después de la sesión, es normal que las personas sientan tirantez en la zona tratada y es totalmente normal, esta sensación irá desapareciendo con el paso de los días.
Estos hilos no suelen romperse, aunque en algunos casos puede suceder, cuando esto ocurre, simplemente se extrae y se coloca uno nuevo; también en raras ocasiones, tras días de su inserción, el hilo puede no integrarse de manera correcta y empieza a expulsarse por la incisión, en estos casos se acude nuevamente a la clínica para reemplazarlo.
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