En cosmética hemos oído hablar de muchos ácidos: ácido glicólico, ácido salicílico, ácido hialurónico, etc. y cada uno tiene su aplicación. El ácido azelaico en concreto es un tipo de ácido natural que se obtiene de cereales como el trigo, la cebada o el centeno. Tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antioxidantes y despigmentantes. Además de esto, este tipo de ácido tiene una excelencia tolerancia con todo tipo de pieles, incluso las más sensibles.
Por lo tanto, su lista de beneficios y aplicaciones es infinita:
- Combate el acné; actúa sobre la bacteria causante del acné, alterando su pH.
- Equilibra las pieles grasas; ayuda a disminuir el engrosamiento de la piel, evitando que se obstruyan los poros.
- Trata la rosácea; ya que funciona muy bien con las pieles sensibles.
- Difumina las manchas; porque actua y inhibe sobre la enzima encargada de la melanina que, cuando está presente, provoca manchas en la piel.
Aún teniendo todos esos beneficios, debemos de tener en cuenta que el ácido azelaico no debe combinarse, especialmente en la misma rutina, con retinoides, ácido glicólico ni vitamina C; i, como todos los productos cosméticos, si sentimos molestias debemos consultar con nuestro dermatólogo.
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